La dictadura franquista se había caracterizado, desde sus inicios, por la represión de la homosexualidad y, en 1954, “legalizó” sus prácticas habituales reformando la Ley de vagos y maleantes para incorporarlos a los colectivos calificados como peligrosos. Con la excusa de una pretendida rehabilitación, la norma criminalizó la pobreza y se aplicaba a la comunidad gitana, indigentes, personas desempleadas, con trastornos, adicciones… y a los homosexuales de las clases populares. Podían nombrar abogado, hacer alegaciones, presentar pruebas… durante el procedimiento judicial, pero la mayoría no ejercía esos mínimos derechos, que de poco servían en un sistema arbitrario.
La condena, que en teoría debía servir para el aprendizaje de oficios o tareas agrícolas, se cumplía en campos de trabajo forzado, galerías para “invertidos” de las cárceles o en clínicas mentales donde los homosexuales sufrieron torturas, malos tratos, violaciones, vejaciones, hambre… compartiendo las condiciones de vida inhumanas de los presos comunes, políticos o enfermos. El ejército también castigaba a los reclutas homosexuales en prisiones militares o batallones disciplinarios con penas que podían durar más años que el servicio militar obligatorio.
La Ley de vagos y maleantes fue substituida en 1970 por la Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social, que no cambió la situación del colectivo LGTiB e, incluso tras su desaparición en 1979, continuó su persecución utilizando la figura del escándalo público hasta finales de los 80, momento en el que la Organización Mundial de la Salud acordó la despatologización de personas bisexuales, homosexuales y lesbianas, aunque quedó pendiente la de transgénero.
El libro “Viaje al centro de la infamia” de Miguel Ángel Sosa Machín, recoge los testimonios de Juan Curbelo y Octavio García, recluidos en la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía durante los años 50, mientras que “Redada de violetas: La represión de los homosexuales durante el franquismo” de Arnalte Arturo, “Identidad: Represión hacia los homosexuales en el franquismo” de Lucas Jurado Marín o “Homosexuales y transexuales: los otros represaliados y discriminados del franquismo” son recopilaciones más amplias en el tiempo. No hemos sabido localizar ningún libro específico sobre la situación de las lesbianas durante ese periodo, más allá del algún estudio científico sobre el tema.
